1.- Primeras apreciaciones generales.
Las diferencias presentes en el concepto de investigaciones observadas con relación a los conceptos de las ciencias, van más allá de las discusiones presentadas en este encuentro. Se realizaron presentaciones que esbozan las líneas de investigación desarrolladas hasta ahora con una actualización que es rebasada por todo el espectro que en la actualidad se realiza en la facultad de arte. Sin embargo, los puntos de vista que se presentaron, aún cuando segmentados y focales, pueden ser aprovechados de cara a una comprensión interna de los distintos abordajes, métodos y fines de cada investigador.
Observé una contextualidad que reivindica principios platónicos que no son reconocidos por sus expositores (con honrosas excepciones) presentándose incluso propuestas de autores como Derrida, entre los más nombrados. Posiciones que llegan a ser bizarras respecto de su banal ubicuidad, en muchos casos venal, visceral y mal fundamentadas. Vale reconocer, en mi criterio personal, que ciertamente lo más riguroso aquí presentado como colectivo ha sido una especie de consenso en la forma como se manifestaron las apasionadas convicciones basadas en los deseos de cada expositor, algunos hasta han intentado imponer sus personales puntos de vista a sangre y fuego por sobre toda la diversidad existente.
No estoy seguro de que la dominante sea un neopositivismo o una modesta reivindicación de banalidad en contra del cientificismo, sino más bien una inseguridad generalizada y una baja autoestima aderezada de una preeminencia de egocentrismo, propio de este tipo de eventos “académicos” y más aún entre egos tan cultos como el de los artistas (en muchos casos muy bien sustentados por sus obras).
2.- Diferencias de puntos de partida, caminos y metas entre las artes y las ciencias.
El término general de investigación (in vestigium ire) quiere decir etimológicamente ir sobre el vestigio o la huella de algo. Pero no observé abundancia de este concepto, lo que me hace dudar de si efectivamente en esta facultad se rige por el concepto de investigación “convencionalmente aceptado”, para expresarlo en el argot academicista. Las múltiples conceptualizaciones modernas de investigación esgrimen como punto característico el “ordenar”, veamos algunos autores de alto impacto para ejemplificar este punto:
Arias, Galicia Fernando:
“La investigación puede ser definida como una serie de métodos para resolver problemas cuyas soluciones necesitan ser obtenidas a través de una serie de operaciones lógicas, tomando como punto de partida datos objetivos.”
Ander Egg, Ezequiel:
“Es un procedimiento reflexivo, sistemático, controlado y crítico, que permite descubrir nuevos hechos o datos, relaciones o leyes, en cualquier campo del conocimiento humano.”
Best, J.W.:
“Consideramos la investigación como un proceso más formal, sistemático e intensivo de llevar a cabo el método científico del análisis; comprende una estructura de investigación más sistemática que desemboca especialmente en una especie de sistema formal de los procedimientos y en un informe de los resultados y conclusiones. Mientras que no es posible emprender una investigación a fondo sin emplear espíritu y método científico.”
Umberto Eco:
“Hacer una investigación significa aprender a poner en orden las ideas propias y a ordenar datos: es una especie de trabajo metódico; supone construir un “objeto” que, en principio sirva también a los demás…”
Según el Artículo 25 de la Normativa General de los Estudios de Postgrado para las Universidades e Institutos Debidamente Autorizados por el Consejo Nacional de Universidades:
“el trabajo de grado será un estudio que demuestre la capacidad crítica, analítica, constructiva en un contexto sistémico y el dominio teórico y metodológico de los diseños de investigación propios del área de conocimiento respectivo.”
Esto a mi criterio, expone así una contradicción respecto de la praxis artística, ¿Cuántos son los artistas verdaderamente sistemáticos y ordenados?, no se puede afirmar que un ordenamiento de ideas o datos determina lo que es o no es una investigación, sino que el sentido del concepto no abarca los ámbitos de intuición o entropía propios de muchas prácticas artísticas, lo cual nos comienza a brindar una primera incongruencia con el modelo establecido de investigación fundamentalmente cientificista.
Un segundo nivel de diferenciación respecto del método científico está denotado por los elementos de sistema y lógica, mucho más ausentes en un mayor ámbito de las prácticas de las artes. Los sistemas y particularmente aquellos relacionados con una lógica causa/efecto, quedan lejos de los procesos predominantemente intuitivos e in-conscientes, esto ya demostrados en las áreas creativas por un sin número de trabajos que ocupan a importantes representantes de la disciplinas psicológicas.
Así el método científico en el que se basa la mayor parte de las definiciones de la investigación antes vistas, se ve detenido y puesto bajo aduana al límite de lo que hemos observado en nuestro encuentro. Como dice Russell: “El método científico, debe, pues, por su propia naturaleza, limitarse a las más solemnes y oficiales de nuestras opiniones”. Y sí, efectivamente, sólo como opiniones, pues la historia ha demostrado que ciertas aplicaciones, rigurosas por demás decir, del método científico por muy riguroso que sea el investigador o el equipo de investigadores, se han invalidados realidades valga decir “confirmadas”, valga decir teorías o leyes que se desploman por un sutil cambio de razones, es decir que el método científico no ha garantizado para nada la construcción de una realidad y así pasamos al tercer nivel de diferenciación que observo: fines de la investigación en las artes. (...continuará)
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